22 sept 2014

Avances de la ciencia ciudadana

publicado en La Jornada Morelos el 22 de septiembre de 2014.

En las últimas dos décadas ha hecho aparición una tendencia mundial de considerable interés, llamada Ciencia Ciudadana electrónica (eCC), donde la sociedad civil participa en la recolección, verificación, análisis, intercambio y difusión de datos, con fines científicos, utilizando tecnologías de información y comunicación (TIC), en particular tecnologías móviles. La ciencia ciudadana es un tipo de producción científica basada en la participación, consciente y voluntaria, de miles de ciudadanos que generan grandes cantidades de datos. Cualquier persona puede aportar su inteligencia o sus recursos tecnológicos para alcanzar resultados científicos de utilidad social.

Susana Finquelievich, directora del Programa de Investigaciones sobre la Sociedad de la Información, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, y Celina Fischnaller, antropóloga, asistente de investigación en LINKS, Asociación Civil para el Estudio y la Promoción de la Sociedad de la Información, escribieron un artículo sobre “Ciencia ciudadana en la Sociedad de la Información: nuevas tendencias a nivel mundial” publicado en la Revista CTS, no 27, vol. 9, Septiembre de 2014 (pág. 11-31). Este trabajo se focaliza en algunas de las tendencias mundiales del uso de TIC con objetivos científicos participativos en proyectos relevantes de diversas disciplinas, analiza el rol de los ciudadanos científicos en los proyectos de eCC, señala su uso para el empoderamiento de las comunidades y subraya la importancia de las políticas públicas de ciencia y tecnología en su desarrollo.

            La eCC se diferencia de sus formas de investigación previas, además de por el uso de TIC, fundamentalmente por la incomparablemente mayor escala del acceso del público a este tipo de proyectos y, en consecuencia, del incremento de la participación pública, apuntan las autoras. La eCC forma parte de lo que se ha denominado Wikinomics: millones de entusiastas de los medios usan actualmente blogs, wikis, chats y redes sociales para añadir sus voces a la formidable corriente de diálogo y debate llamada la ‘blogósfera’. Los empleados gubernamentales, los empleados del sector empresario y los miembros de organizaciones comunitarias ganan en eficacia al colaborar con colegas a través de las fronteras organizacionales, creando un “lugar de trabajo wiki”. Los clientes se vuelven “prosumidores” al co-crear bienes y servicios en vez de limitarse a consumir los productos finales. En la eCC, los ciudadanos se vuelven prosumidores de la ciencia. Esta co-creación de conocimiento representa un adelanto considerable con respecto al enfoque previo, en el cual el científico era “el experto” y los ciudadanos, básicamente, unos asistentes gratuitos de investigación.

            Un estudio general de los proyectos eCC sugiere, según las autoras, que la participación ciudadana en proyectos científicos, cualquiera que sea su tamaño y alcance, contribuye a empoderar a los ciudadanos y las comunidades. Una de las formas en que los proyectos de eCC colaboran en este sentido es proporcionando marcos, herramientas y metodologías que permitan a las comunidades recopilar información y analizarla con el fin de estimular y enriquecer la toma de decisiones. Algunas de estas iniciativas de empoderamiento surgen de las propias comunidades, mientras que otras son generadas por los expertos a través de la identificación de necesidades locales.

El papel de los ciudadanos en la ciencia es complejo y está actualmente en el centro de los debates, señalan las autoras. La inmensa mayoría de estos voluntarios no reciben ningún incentivo financiero. Las razones que motivan su participación son múltiples: curiosidad por el conocimiento y la ciencia, y preocupación social, entre otras. Otra motivación de peso es la utilidad de los proyectos eCC para su entorno y la vida cotidiana, ya que muchos proyectos están relacionados con el cuidado del medio ambiente o de la biodiversidad. Para muchos voluntarios, participar en un proyecto de investigación puede ser una experiencia significativa, ya que el conocimiento, la inspiración y la comprensión que llevan a sus propias comunidades pueden contribuir concretamente a su vida y de quienes les rodean. La producción científica de la eCC no es por sí misma una coproducción entre pares; la estructura de poder de estos proyectos es casi siempre jerárquica. Como consecuencia, la ciencia ciudadana no es siempre “ciencia abierta”: muchos voluntarios comparten datos, pero no participan abiertamente de la totalidad del proceso científico. Aun cuando puedan, a través de su experiencia, elaborar conclusiones, en la mayoría de los casos éstas no se publican ni son discutidas o contempladas por la comunidad académica tradicional.

El involucramiento de los ciudadanos voluntarios podrían describirse en cinco niveles, plantean las autoras: Nivel bajo, donde el voluntario sólo provee las capacidades de su computadora y los usuarios no conocen necesariamente el proyecto en el que “participan” ni desarrollan tareas determinadas, sólo contribuyen con sus recursos informáticos; Nivel medio, donde los ciudadanos voluntarios interactúan con herramientas TIC para colaborar en la recolección de datos, que serán analizada por investigadores profesionales; Nivel alto, donde los voluntarios colaboran más centralmente en el relevamiento y monitoreo; Nivel avanzado, donde los voluntarios participan en toda la extensión del proceso científico, colaborando con el análisis de datos relevados, diseñando y operando herramientas de recolección de datos y registro, incluso elaborando objetivos o hipótesis de investigación; y Nivel de políticas públicas, donde los ciudadanos son involucrados en los procesos de definición de políticas públicas que presentan componentes técnicos o científicos, trabajando a la par de los investigadores, en el marco de un proceso político democrático.
            En Morelos, debemos promover y financiar la investigación de los ciudadanos en universidades, organismos científicos y otras instituciones públicas de investigación o educación. Las políticas públicas deben incluir estrategias para mejorar asociaciones de múltiples interesados, entre las organizaciones no gubernamentales, la comunidad científica, los gobiernos estatales y municipales, y organizaciones regionales e internacionales, para la evaluación conjunta de la evolución, el progreso y los retos de la eCC.

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