26 may 2014

Ciudades Habitables

publicado en La Jornada Morelos el 26 de mayo de 2014


En varias ocasiones hemos definido a las ciudades como sistemas complejos, donde la unión de los elementos produce mayores ganancias que la suma de cada uno. Existe una vinculación exitosa que permite la creación de empleos y el crecimiento económico, en el marco de un desarrollo sustentable. Buenas estrategias de planeación urbana son la base para tener ciudades donde convivan y trabajen adecuadamente los ciudadanos. Sin embargo, es necesario incorporar al conocimiento en todas las actividades de una ciudad para lograr que ésta sea habitable; es decir, adaptativa, colaborativa, eficiente, segura, acogedora y sustentable.
Gerard M. Mooney, de IBM Corporation, escribió el capítulo “Urban Challenges: The Way Forward”, en el documento “LIVABLE CITIES OF THE FUTURE: Proceedings of a Symposium Honoring the Legacy of George Bugliarello”, editado por Mohammad Karamouz and Thomas F. Budinger (National Academy of Engineering and NYU Polytechnic School of Engineering, ISBN
978-0-309-30009-4, Copyright 2014 by the National Academy of Sciences). Los objetivos del documento son presentar las mejores prácticas y estrategias innovadoras para el desarrollo sustentable de zonas urbanas, así como impulsar la evolución de la Ciudad de Nueva York como un laboratorio real de innovación urbana.
            La ciudad es normalmente las mayores contribuyentes al producto interno bruto de un país y, debido a su importancia, es fundamental que se definan con precisión las inversiones necesarias para convertirla en una de clase mundial y poder competir globalmente, señala el autor. Se puede identificar al motor económico de una ciudad por el tipo y calidad de su infraestructura. Los miembros de la ciudad deben decidir lo que ésta debe ser: identificar su marca. El primer paso en este proceso es articular los objetivos principales de la ciudad en términos de competitividad económica y social al identificar las fortalezas diferenciadas que atraerán habilidades, conocimiento y creatividad; elaborar una estrategia que enfatice estas fortalezas al mismo tiempo que se crean las capacidades potenciales; y priorizar inversiones en aspectos centrales como transporte, servicios públicos, educación, seguridad pública, salud, energía, sostenibilidad ambiental y planeación urbana, todas alineadas por la estrategia.
            Las políticas públicas de la ciudad deben estar sostenidas en las habilidades, creatividad y conocimiento que impulsen su desarrollo, plantea el autor. Estos tres atributos son de creciente importancia en la economía global y es crítico que se cree un ambiente que los apoye y promueva. Un ambiente así atrae talento internacional al incrementar la calidad de los servicios y que se adecuen a los cambios en la demanda; crea una base de talentos doméstica al ofrecer servicios educativos y de capacitación e invierte en infraestructura educativa; permite mejores oportunidades de trabajo y crecimiento económico para los ciudadanos al usar la recolección de información para identificar los cambios en la oferta y demanda de la fuerza laboral y de sus habilidades; promueve la creación de empresas e inversiones que incrementen la capacidad económica para generar, absorber y comercializar innovación y creatividad; y retiene la base de talentos existente para minimizar la “fuga de cerebros” y, al contrario, impulsa el flujo neto de inmigrantes con calificaciones profesionales de calidad.
            Las ciudades que invierten en educación y capacitación tienen un mayor número de personas con habilidades, talento y conocimiento que realmente mejoran las posibilidades de incrementar la prosperidad. Asegura el autor que existe una fuerte relación positiva entre la inversión en educación superior y el nivel de prosperidad y pujanza económica: estima que en Estados Unidos un año adicional en el nivel de educación implica una ganancia en ingresos del 10 por ciento, aproximadamente. También, sugiere la existencia de evidencia empírica que vincula a la educación, la investigación, el desarrollo tecnológico, la innovación industrial y el crecimiento económico.
            Existen varios casos en el mundo donde las industrias, las universidades y los gobiernos han trabajado juntos para lograr aumentar el número de empleos bien remunerados e impulsar un desarrollo económico real en ciudades y regiones, indica el autor. El gobierno invierte en la infraestructura, actual y futura, de un proyecto que es compartido por varias empresas con experiencia innovadora en el tema, y la o las universidades aportan al grupo de investigación y desarrollo con el conocimiento básico y aplicado necesario. En estos casos fueron creados miles de empleos altamente calificados. Es imprescindible una sólida vinculación entre industria, universidad y gobierno.
En Morelos, debemos enfrentar decididamente los retos y amenazas que tienen nuestras ciudades para su desarrollo. Es fundamental modernizar la infraestructura y establecer pactos de colaboración entre los diferentes sectores para lograr que nuestras ciudades sean habitables.

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