8 abr 2013

Gobernanza de la innovación en México

publicado en La Jornada Morelos el 8 de abril de 2013

La necesidad de contar con un Estado activo en la definición y financiamiento de políticas públicas de innovación y competitividad es una realidad desde que se evidenció que las fuerzas del mercado, por sí solas, no llevan al crecimiento económico sostenible con desarrollo social e igualdad. Además, no puede haber desarrollo económico en México sin una visión regional en el diseño e implantación de políticas industriales que consideren las fortalezas y debilidades locales. Por lo anterior, es imprescindible identificar, organizar, consensuar y operar un sistema de innovación regional en Morelos que permita generar sinergias entre los sectores público, privado y social y que, en particular, esté sustentado en nuestra sólida capacidad de generar conocimientos.
            Federico Stezano, Profesor-Investigador de Tiempo Completo de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa, y Ramón Padilla-Pérez, Oficial de Asuntos Económicos,
Unidad de Desarrollo Económico, Sede Subregional de la CEPAL en México, escribieron la nota técnica (# IDB-TN-512) “Gobernanza y coordinación entre el ámbito federal y estatal en las instituciones y programas de innovación y competitividad en México” para el Banco Interamericano de Desarrollo, División de Competitividad e Innovación, Departamento de Instituciones para el Desarrollo (http://www.iadb.org, copyright © Banco Interamericano de Desarrollo, marzo 2013). Este trabajo se centra en el análisis de las capacidades y debilidades de los gobiernos estatales en México para ejecutar políticas propias y coordinarse con las autoridades federales, así como el efecto de la concurrencia de estas autoridades sobre la gobernanza de las políticas de competitividad e innovación. Analizaron las dinámicas institucionales, el perfil de especialización productiva y las trayectorias de innovación en tres estados de México (Baja California, Jalisco y Puebla), y su interacción con tres programas federales de Ciencia, Tecnología e Innovación (FOMIX, PROSOFT y PEI).
            El punto de partida de este trabajo es la baja productividad que ha caracterizado a la economía mexicana en las últimas tres décadas. Esta economía, apuntan los autores, tiene un perfil de especialización productiva orientado a mercados externos con bajas tasas de crecimiento y es vulnerable a la entrada de nuevos competidores en los mercados internacionales. La incorporación de mayor valor añadido a través de inversiones en tecnología e innovación es un desafío central y se conoce el papel de las políticas públicas de innovación y competitividad para fomentar un crecimiento económico de largo plazo basado en una productividad creciente.
            Dadas las marcadas diferencias en las capacidades productivas y tecnológicas de los estados en México, las políticas estatales y su coordinación con las federales son de gran importancia, aseguran los autores. La política industrial es la intervención de los gobiernos para movilizar recursos hacia sectores particulares con el objetivo de fomentar la competitividad, la productividad y el crecimiento económico. Estas políticas deben ser entendidas como un medio para alcanzar metas de desarrollo económico como la creación de empleo de calidad, la generación de mayor valor agregado nacional, el combate contra la desigualdad y la protección del medio ambiente. La política industrial en un sentido amplio comprende desde políticas que afectan a las industrias nacientes, hasta políticas comerciales, e incluye las que crean el ambiente jurídico y económico para que operen las empresas, y pueden abarcar las siguientes políticas: de ciencia, tecnología e innovación, de educación y de construcción de habilidades, comerciales, sectoriales de competitividad y de competencia.
            Los autores ofrecen elementos para contestar dos preguntas centrales para el diseño de políticas de innovación y competitividad en México: ¿cuáles son las capacidades y debilidades claves de los estados para diseñar y ejecutar políticas locales y para coordinarlas con las federales? y ¿cómo influye y qué impacto tiene en la gobernanza y efectividad de las políticas públicas la concurrencia de diferentes autoridades federales y estatales? La capacidad de los gobiernos estatales para definir sus sectores prioritarios y su perfil de especialización productiva y tecnológica es clave. Esta definición se basa en diagnósticos, evaluaciones y ejercicios prospectivos que permiten planear procesos de desarrollo de mediano y largo plazos, con el apoyo de ejercicios periódicos de evaluación de resultados. Esta vía es fundamental para comenzar a construir agendas de competitividad e innovación estatales con una correlación concreta con las problemáticas y necesidades de los actores locales.
            La obtención de los recursos federales por parte de los estados, está relacionada con la capacidad de diseñar programas locales y cabildear con el gobierno federal, así como con las capacidades de las empresas, universidades, centros de investigación y cámaras empresariales locales para plantear y llevar a cabo proyectos de investigación, desarrollo e innovación. Señalan los autores, que se destaca así una necesidad en las organizaciones estatales de gobierno de fortalecerse para: articular de manera continua a los actores relevantes de la innovación; diagnosticar periódicamente las fortalezas y debilidades clave en innovación, ciencia y tecnología de los actores del estado; realizar ejercicios de prospectiva que permitan delimitar prioridades sectoriales de la entidad, y diseñar, ejecutar y evaluar programas y políticas estatales en la materia.
            La evidencia acumulada en estudios anteriores sobre la coordinación entre los niveles federales y locales de gobierno en México muestra, de acuerdo con los autores, que el papel central del gobierno federal en la estructura estatal de fomento a la competitividad y la innovación se debe a que muchas entidades carecen de capacidades para desarrollar iniciativas propias en la materia, o no consideran al diseño y ejecución de programas estatales en la materia como núcleo importante de una política de largo plazo de la entidad. En el discurso oficial, estos estados argumentan que existe una alineación de sus objetivos y orientaciones con los del gobierno federal. Sin embargo, la dificultad para generar políticas y programas estatales responde a dos factores a modificar: la falta de capacidades organizacionales y de recursos financieros y humanos para diagnosticar prioridades de desarrollo locales, y diseñar y ejecutar políticas para apoyar actividades de investigación y desarrollo que atiendan a esas prioridades, y la falta de visión y planeamiento que establezcan con claridad los objetivos de desarrollo prioritarios de mediano y largo plazos.
            En Morelos, debemos reconocer que el financiamiento de la innovación, investigación y desarrollo presenta economías a escala que justifican el diseño de programas centralizados y también que el apoyo a pequeñas y medianas empresas tiene un mayor impacto si se hace a través de políticas locales, debido a las necesidades y orientación particulares que éstas presentan. Entonces, es necesario realizar ejercicios de evaluación que ayuden a establecer en qué casos es eficiente contar con programas federales o estatales de fomento a la competitividad. Lo anterior establecerá una nueva dinámica de relación entre los dos niveles de gobierno que podría llevar a la formulación conjunta y consensuada de objetivos de innovación y competitividad desde una visión de mediano y largo plazo, y también a la evaluación del diseño e impacto de los mecanismos federales actuales como base para el diseño de instrumentos nuevos o complementarios que se diferencien en función de las capacidades de nuestro estado.

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