29 oct 2012

Redes de conocimiento y sus beneficios

publicado en La Jornada Morelos el 29 de octubre de 2012

El conocimiento es poder transformar un conjunto de información en "saber qué", "saber cómo" o "saber dónde". Las redes de conocimiento son aquellas que vinculan a los científicos, tecnólogos, innovadores, encargados de las políticas públicas, representantes de organizaciones no gubernamentales y miembros de la sociedad civil para intercambiar información de utilidad en situaciones específicas. En estas redes se coopera para buscar formas de impulsar nuevas iniciativas y también encontrar mecanismos y criterios de evaluación para avanzar en la efectividad de dichas iniciativas. Las redes cumplen tres aspectos fundamentales: generan y difunden información, evalúan la efectividad de las estrategias públicas e inician esfuerzos locales sin esperar por ayuda a nivel nacional.
            David L. Feldman, del Departamento de Planeación, Políticas y Diseño, en la Universidad de California, Irvine, Estados Unidos, escribió sobre “El futuro de las redes ambientales: gobernanza y sociedad civil en un contexto global” en la Revista Futures (The future of environmental networks—Governance and civil society in a
 global context, Futures 44 (2012) 787–796, 2012 Published by Elsevier Ltd., http://dx.doi.org/10.1016/j.futures.2012.07.007). Él propone que, para alcanzar la gobernanza ambiental global, las redes de conocimiento impulsadas por una sociedad civil descentralizada permitan manejar problemas regionales de naturaleza transfronteriza. Su propósito es conectar personas de todas las ocupaciones y áreas disciplinarias al proveerlas continuamente de información y comunicarlas con especialistas técnicos e innovadores de políticas públicas, en áreas tales como: clima, agua, biodiversidad, calidad del agua y energía.
             El argumento del autor considera que mientras se han necesitado por mucho tiempo los medios novedosos para colaborar y enfrentar problemas ambientales globales, las oportunidades específicas se han presentado sólo en los últimos 25 años, como resultado de acciones locales o regionales para difundir conocimientos y experiencias sobre prevención, mitigación y adaptación al cambio climático global. Existe una tendencia llamada “glocal”, que aplica conocimientos globales a situaciones particulares en localidades. Sin embargo, los conocimientos científicos y las herramientas para predecir y administrar cambios climáticos no han sido utilizadas efectivamente por los tomadores de decisiones locales.
            Existen tres formas de promover estas redes de conocimiento, según el autor: las conferencias internacionales sobre ambiente y desarrollo, desde 1990, han impulsado y fomentado que los países en desarrollo reestructuren sus planes nacionales en la materia para incorporar efectivamente la toma de decisión a nivel local en la planeación e implantación de estas actividades, con la participación de grupos comunitarios y de especialistas científicos; también y de acuerdo con la Agenda 21, se han fortalecido los llamados planes locales ampliados que permiten la participación de la población indígena de la localidad en las decisiones ambientales, y finalmente la participación decidida de los habitantes y autoridades de ciudades y regiones que se consideran muy vulnerables a los impactos del cambio climático global, a través de una gestión adaptativa que toma medidas drásticas, por ejemplo, en el sector del transporte.
            El rápido crecimiento del conocimiento científico ha sido un factor fundamental para el fortalecimiento de este tipo de redes, indica el autor. Los científicos que trabajan en el clima han tenido un gran avance en su habilidad para predecir la variabilidad de fenómenos globales como la “corriente del niño” o el volumen de agua en el ciclo del agua –precipitación de lluvias, escurrimientos y evaporaciones- con un año de anticipación. Esta información resulta fundamental para reducir la vulnerabilidad de la población en cualquier lugar del planeta de inundaciones o sequías. El papel de las redes de conocimiento ha servido como traductor entre disciplinas y como mediador entre los generadores y los usuarios de la información; es decir, entre científicos y autoridades locales. En el futuro, esta traducción y mediación, y por lo tanto este tipo de redes, se volverán imprescindibles en la medida que las herramientas de predicción se vuelvan más complejas y la necesidad de tomar medidas correctivas se vuelva más urgente.
            En Morelos, las redes de conocimiento se volverán más importantes con relación a la gobernanza de conflictos ambientales y sus implicaciones económicas, que las acciones gubernamentales con posibles limitaciones burocráticas. La expansión futura de este tipo de redes está garantizada ya que tienen la habilidad de poder identificar y atacar problemas locales de manera multidisciplinaria y de acercar actores con intereses divergentes pero comprometidos con disminuir los riesgos y la vulnerabilidad de su comunidad. Es más fácil encontrar acciones pragmáticas para el beneficio común, sobretodo si se tiene uno de los más importantes conjuntos de investigación, desarrollo e innovación del país.

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