26 mar 2012

La Humanidad al año 3000

publicado en La Jornada Morelos el 26 de marzo de 2012

Hoy es mi colaboración número cien en La Jornada Morelos y, además, estamos en “veda política”, lo que me motivó a presentar un tema especial que permita a más personas no preocuparse por lo inmediato sino ocuparse en lo importante: pensemos cómo será la humanidad dentro de 1000 años, en el 3000. Sí, la habrá y será reconocible por nosotros, como lo es la del año 1000. Reitero que si no sabemos por qué viajamos, a dónde queremos dirigirnos y cómo avanzaremos, entonces llegaremos a donde las circunstancias nos lleven y éstas pueden ser tan violentas, deshonestas, ilegales, segregacionistas y contaminantes como las que hoy sufren muchos mexicanos.
Joseph Coates es un futurólogo reconocido mundialmente, ha escrito y presentado cientos de trabajos sobre el futuro; en particular, de la tecnología, los negocios y el gobierno. Ha sido consultor de 45 de las 500 compañías mencionadas en la revista Fortune, así como de numerosas compañías pequeñas, grupos de interés y  oficinas de gobiernos en los tres niveles. Es autor de más de 300 artículos y coautor de varios libros, en especial de 2025: Escenarios de EU y de la Sociedad Global Reformados por la Ciencia y la Tecnología (2025: Scenarios of U.S. and Global Society Reshaped by Science and Technology, Oakhill, 1997). Fue Profesor Adjunto en la Universidad George Washington y trabajó en la Fundación Nacional de Ciencia y la Oficina de Evaluación Tecnológica del Congreso, ambas del Gobierno de los Estados Unidos. Desde hace años dirige la compañía Joseph Coates Consulting Futurist, Inc., www.josephcoates.com.
            En la revista  Futures Research Quarterly, Invierno 1999, Coates publicó un trabajo sobre “Pensar en la Humanidad en el Año 3000” (Thinking About Humanity in the Year 3000), en el que se preguntaba si era práctico y útil tratar de predecir una situación que ocurriría dentro de 1000 años. Para contestarla, realizó un taller con 225 personas en una conferencia de la Sociedad Mundial del Futuro. Así, se presentó la oportunidad de pasar los 10 o 30 años como horizonte común de los futurólogos y también de evitar caer en la trampa de la ciencia ficción. La dificultad de esta última radica en que una vez que no se respeta una restricción fundamental de la ciencia, entonces cualquier cosa parece plausible. Un problema en este taller fue el tipo de audiencia, había pocos profesionales del estudio de futuros y muchos sólo con interés y preocupación en el futuro.
            Los resultados de este taller fueron tanto decepcionantes como reveladores. Decepcionantes, porque las descripciones resultantes en pequeños escenarios sólo reflejaron visiones en que los temas preocupantes del fin del siglo XX habían sido tratados de manera efectiva  y eliminados. Reveladores, porque mostró la incapacidad de la mayoría de un grupo de personas sin preparación en pensar en el futuro, ya sean 10, 20, 50 ó 1000 años. Sin embargo, considero de primera importancia presentar algunas de las 14 preguntas que Coates hizo en ese taller sobre nosotros en el año 3000: la definición de humanidad; qué variaciones podrá haber en cómo pensamos en la humanidad; las creencias religiosas; la competencia humana para controlar e influenciar su propia evolución; qué será global/universal; cuáles serán las principales discontinuidades sociales o ambientales; qué significado tendrá la gobernanza; cómo fue el mundo hace mil años con relación a minorías creadoras, curiosidad personal, tolerancia y ambición personal; qué logros científicos y tecnológicos se habrán alcanzado, y qué será la vida cotidiana. ¿Será cierto que una buena pregunta aporta la mitad de la respuesta?
            En el Simposio Humanidad 3000, de la Fundación para los Futuros, en octubre de 2005, a Coates le pidieron hablar sobre la “Ciencia y la Tecnología dentro de 25 Generaciones”. El principal objetivo de su conferencia fue demostrar que existe un proceso con integridad intelectual para describir el mundo en el año 2630, al considerar que una generación abarca 25 años. Nos indica que debemos identificar una continuidad entre hoy y el futuro lejano. Él usó tres hilos conductores que han sido fundamentales en la historia humana y que probablemente seguirán en los próximos 600 años: ciencia y tecnología, que es la principal y más segura fuente de nuevos procesos que afectan nuestro desarrollo a niveles personal, institucional, organizacional y global; la gobernanza, el mecanismo de control social para que hagamos lo que colectivamente  es aceptable o aún deseable, y nosotros mismos, pues es de lo que se trata todo.
            Describiré algunas de las imágenes principales que Coates nos presenta de la vida dentro de 625 años: De las 3500 enfermedades y desórdenes humanos que ahora nos afecta, sólo quedarán 85 de tipo genético y aquejarán a esas personas que siempre existen rechazando el presente y amando el estilo de vida antiguo; el uso de la genética será común para aumentar la capacidad física de los humanos y habrá variaciones muy significativas entre personas; la esperanza de vida será de 105 años; la clonación humana será rutinaria, aunque sólo se permitirá una por persona y no habrá clonación de clones; la ciencia del cerebro habrá tenido efecto en toda actividad humana, el término ingeniería cerebral será tan común como ahora el de ingeniería automotriz; seguiremos sin entender científicamente de qué se trata el estado de conciencia; habrán dos eventos históricos que cambiarán el futuro, primero, una epidemia en 2011 (nota: casi atina con la del virus AH1N1) que causa más de 600 millones de muertes, produce una deficiencia de mano de obra mundial y resulta en una población mundial de sólo 3.8 mil millones de personas, ya que se comprende que menos viven mejor en este planeta y, segundo, la modificación de los patrones de consumo y generación de energía por el cambio climático global; y finalmente, la ingeniería global, por ejemplo, al expandir tierras agrícolas en el Mediterráneo y convertir nuevamente al norte de África en el granero de Europa o prevenir temblores de grados 3 a 6 en la escala de Richter al producir artificial y continuamente temblores de grado 3 en las principales zonas sísmicas del mundo.
            En Morelos, debemos imaginar el futuro que deseamos y construir nuestro mejor futuro posible con base en conocimientos científicos, con una gobernanza deseada y conducida por los ciudadanos, y pensando en lo que utilizamos y le pertenece a nuestros bisnietos.

19 mar 2012

Competitividad Agroempresarial


Analizar la situación y perspectivas económicas del campo en México es difícil por el imbricado contenido político, social y cultural. Todos los candidatos a un puesto de elección popular deben presentar las políticas públicas que en este tema consideran apropiadas para armar un plan de gobierno coherente con la realidad nacional y estatal. La estabilidad de nuestro país depende en gran medida del nivel de vida de los habitantes de las zonas rurales.
En los últimos quince años el sector agropecuario mexicano ha enfrentado una disminución en sus niveles de producción, lo cual ha resultado insuficiente para garantizar la demanda del mercado interno, señalan Roberto Escalante y Horacio Catalán, de la Facultad de Economía, UNAM, en su artículo “Situación actual del sector agropecuario en México: perspectivas y retos” en la Revista Economía, núm. 350, enero-febrero, 2008. Consideran que la continua especialización de las unidades productoras reducirá la oferta de productos agrícolas, incrementando aún más las importaciones y generando una situación de riesgo para el país: no lograr una seguridad alimentaria mínima que asegure un desarrollo sustentable para México.
            También, David Márquez Ayala, en la revista Contracorriente, el 5 de septiembre de 2011, analizó el comportamiento del desarrollo económico agropecuario. Publicó que, en cifras anualizadas y a precios constantes (restada la inflación), el PIB nacional en 2011 fue de 8,924 mil millones de pesos a precios de 2003, apenas 0.8 por ciento superior al equivalente de 2008. Asimismo, señaló que el valor de la producción primaria en el primer semestre de 2011 fue de 529 mil millones de pesos, cifra 1 por ciento inferior en términos reales de la de 2010. De sus sectores, el agrícola tuvo un decrecimiento de 2.8 por ciento y el ganadero un crecimiento de 2.6 por ciento. En 2011, a precios constantes de 2003, el PIB agropecuario totalizó 309 mil millones y fue el más bajo del anterior quinquenio, con una producción equivalente a la de 2007 (310 mil millones de pesos).
            Osmar C. Benítez, Joaquín Díaz Ortega, Soraya Rib y Braulio Serna Hidalgo, de la Sección de Desarrollo Agrícola y Rural de la Sede Subregional de la CEPAL en México, elaboraron un volumen titulado “Fase estratégica 2011-2016: Propuesta para el diálogo agropecuario nacional” que constituye la primera parte del documento “República Dominicana: Orientaciones estratégicas para la competitividad agroempresarial, 2011-2030” (Copyright © 2011, Naciones Unidas). Establecen que dicho país tiene un gran potencial para desarrollar cadenas productivas agropecuarias y agroindustriales hacia 2030, con mayor valor agregado y competitividad internacional, con la posibilidad de integrarlas a los mercados globales, nacional y a la demanda del turismo. En las Orientaciones Estratégicas presentadas, se resaltan las potencialidades, los medios para alcanzarlas y los posibles roles de los actores agropecuarios. Podemos encontrar en este documento elementos de gran relevancia para nuestro país y estado.
            Las principales áreas de oportunidad señaladas por los autores para construir la agricultura especializada del futuro, que fundamentalmente se orientaría hacia los mercados, son: La agricultura política, donde el gobierno, acompañado del sector productivo privado, debe jugar un rol fundamental en la transformación productiva de cultivos y actividades; la agricultura orgánica, como parte de programas de reorientación de las políticas públicas agropecuarias al conceder ventajas competitivas en términos de precios a favor del productor cuando se compara de los mismos productos que provienen de la agricultura convencional; la agricultura turística o gourmet, ya que la contribución del sector turismo al PIB es muy importante; la agricultura tropical, ya que la tendencia del comercio agropecuario mundial indica que existen muy buenas perspectivas para comercializar frutas y hortalizas frescas y procesadas; la agricultura étnica o nostálgica, ya que la movilidad humana hacia los grandes centros desarrollados del mundo crea un vínculo económico, cultural y hasta culinario, entre el ciudadano que emigra y el país que deja y señalan que en Estados Unidos la importación de productos étnicos supera los 39,000 millones de dólares, mientras que Europa compra más de 30,000 millones de dólares, ambos en 2010; la agricultura medicinal y de belleza, ya que el mercado mundial compra más de 20,000 millones al año de productos elaborados a partir de la sábila, el orégano, la cáscara de naranja agria, la albahaca, la hierbabuena y muchos otros; y la agricultura forestal, donde existente un gran abismo entre el uso actual y el deseado, lo que implica conservar y utilizar los bosques sin degradaciones ambientales.
            Las 10 propuestas estratégicas presentadas en este documento son: 1. Es necesario diseñar y poner en marcha una política pública orientada a promover la focalización de recursos de la banca formal para financiar la capitalización y el manejo de riesgos de las actividades agropecuarias y forestales en toda la cadena de valor, incluyendo no sólo la producción primaria, sino también la transformación; 2. Fortalecer el sistema de registro de la propiedad inmobiliaria; 3. Fortalecer y aplicar los programas de investigación agropecuaria, incluidas la adopción y adaptación al medio de nuevas variedades de cultivos de alto rendimiento y de alto valor comercial, enfocados a las necesidades de los mercados y que tomen en cuenta los efectos del cambio climático y, en materia de investigación, innovación y transferencia de tecnología, se debe fortalecer el trabajo mancomunado entre las instituciones gubernamentales especializadas y las entidades privadas que trabajan con grupos de productores organizados para adoptar y transferir nuevas prácticas productivas; 4. Impulsar la integración de los productores en un modelo asociativo, ya sea en forma de cooperativas, consorcios o asociaciones empresariales con pleno reconocimiento legal; 5. Establecer un marco de acción pública, con la colaboración del sector productivo privado para asegurar la calidad, sanidad e inocuidad agroalimentaria, en toda la cadena de valor; 6. Establecer mecanismos institucionales para lograr el acceso universal a las TIC en las zonas rurales y urbanas desatendidas, asegurando que dicho acceso esté al alcance de la mayoría de los productores agropecuarios, para crear una sociedad agraria conectada e informada acerca de las oportunidades del mercado, tanto local como internacional; 7. Crear un sistema de apoyo a las exportaciones de productos agropecuarios y forestales que cuente con mecanismos de financiamiento previo y posterior al embarque de las exportaciones, mientras se puedan formalizar los contratos de ventas en el extranjero; 8. Promover un manejo ambiental que preserve, integre y fomente los recursos naturales (agua, bosque y suelos), para proteger, conservar, restaurar y aprovechar los recursos naturales de forma sustentable y considerar el cambio climático y la biodiversidad, de forma tal que se puedan llevar a cabo sistemas productivos eficientes basados en las buenas prácticas agrícolas, buenas prácticas ganaderas, de manufactura y gerenciales con el concurso y la participación del gobierno; 9. Transformar el aparato institucional público del agro para crear una nueva dinámica de servicio a los productores en función de las necesidades que manifiesten, lo que conlleva la realización de una reingeniería que evite la duplicación de esfuerzos y servicios, y 10.  Impulsar el desarrollo de infraestructura que contribuya a mejorar los servicios de energía eléctrica, vías de acceso, incluso carreteras y puentes, centros regionales de acopio refrigerados y secos y facilidades frigoríficas en puertos internos.
En Morelos sería muy conveniente analizar y adecuar estas 10 estrategias. Seguro podemos elevar la competitividad del campo morelense y mejorar los resultados de nuestro sector agropecuario.   

12 mar 2012

Fukushima a un año.

Publicado en La Jornada Modelos el 12 de marzo de 2012


Hace un año, el 11 de marzo de 2011, ocurrió el devastador tsunami que cambió el rumbo de Japón y del que tardará muchos años en recuperarse en un sentido físico aunque nunca lo logrará en el anímico. Diez días después escribí en esta columna sobre los eventos terribles que sucedieron en la central nucleoeléctrica de Fukushima a consecuencia de este tsunami. Aseguraba que una de las consecuencias más relevantes era el fin del mito de la total seguridad en este tipo de centrales generadoras de electricidad, que se habían invalidado de tajo los cinco aspectos claves de seguridad que siempre nos habían reiterado los expertos en esta materia que nunca pasarían:
un terremoto no afectaría la integridad de una planta nucleoeléctrica, un tsunami no afectaría su operación, la sólida construcción del edificio externo de una unidad nucleoeléctrica evitaría que las posibles emisiones de radiación que se produjeran en el interior del reactor salieran al exterior, existen medidas de seguridad automáticas que evitarían la emisión al ambiente de radiactividad del combustible que está siendo utilizado durante la operación de una central nucleoeléctrica, y los restos del combustible nuclear que ya fue utilizado son almacenados de manera completamente segura en albercas dentro de las propias instalaciones y no contaminarían al ambiente. Analicemos Fukushima a un año.
José Reinoso publicó, en El País del 2 de marzo pasado, una colección de datos recogidos de distintas fuentes sobre la magnitud de la catástrofe producida por el tsunami. Dejó a su paso 15,854 muertos y 3,276 desaparecidos. Más de 3,000 edificios fueron arrancados de cuajo o destruidos completamente. En muchos lugares de los cientos de kilómetros de la costa de Japón destrozados por el maremoto, la masa de océano superó los 13 metros de altura (el equivalente a cuatro pisos), y en algunos puntos llegó a 30 o 40 metros. Se rompieron 45 diques y fueron dañados 78 puentes y 3,918 tramos de carretera. Aún hoy siguen desplazadas de sus hogares 343,000 personas, 90,000 por el desastre nucleoeléctrico. El Gobierno Japonés estima en 2.8 billones de pesos los daños en edificios, infraestructuras, vehículos, fábricas e instalaciones agrícolas y pesqueras, entre otros.
Japón se enfrenta a una situación única, una especie de experimento energético a gran escala sin precedentes, escriben José Reinoso y Rafael Méndez, en El País del 9 de marzo pasado. Desde Fukushima, el país comenzó a apagar poco a poco sus 54 reactores nucleoeléctricos, ahora solo hay dos en marcha y en mayo no quedará ninguno funcionando. Para evitar problemas con el suministro eléctrico Japón ha tenido que aumentar sus importaciones de gas natural e impulsar el desarrollo de sistemas que aprovechan las energías del viento y del sol.
The Economist señala en un editorial, el 10 de marzo pasado, que la culpa del accidente de Fukushima recae en los burócratas, los políticos y la industria por haber permitido que su entusiasmo por la nucleoelectricidad les haya dejado tener una débil regulación, unos sistemas de seguridad que no funcionaron y una gran ignorancia sobre los riesgos tectónicos. Apunta además que estas personas no estaban en una dictadura en decadencia como los culpables del accidente en Chernóbil, sino que tenían responsabilidades frente a votantes, accionistas y la sociedad. La nucleoelectricidad, indican, será instalada cada vez menos en países realmente democráticos. Sin el apoyo de los gobiernos, las compañías privadas simplemente no construirían centrales nucleoeléctricas y no sólo por oposición de los habitantes en las localidades, sino porque los reactores son muy costosos. El gasto de los pocos reactores que se están terminando de construir en Europa ya ha sobrepasado por mucho su presupuesto original. En Estados Unidos, donde está operando el mayor número de estas instalaciones nucleoeléctricas y donde el gas “shale” (gas natural proveniente de los mantos de esquistos bituminosos) ha reducido drásticamente el costo de generar electricidad, tal vez sólo se instalarán dichas plantas en mercados de electricidad regulados como los del sureste del país.
La Agencia Internacional de Energía Atómica publica regularmente comunicados sobre el estado de la Planta Nuclear de Fukushima Daiichi, el monitoreo de la radiación ambiental, el estado de los trabajadores y condiciones en la planta, entre otros. En su último reporte, el 23 de febrero pasado, presentan que: TEPCO, la compañía dueña de la central, continúa activamente monitoreando el aumento de la temperatura según un sensor localizado al fondo del Vaso de Presión del Reactor de la Unidad 2 y que era sólo este sensor, de muchos, el que indicaba aumento de temperatura; el Ministerio del Ambiente acaba de publicar un “Mapa de ruta para las actividades de remediación ambiental”; TEPCO ya planea cubrir con una mezcla de bentonita y cemento una área del suelo marino cercano a la planta donde había detectado altas concentraciones de radionúclidos; TEPCO reitera los reactores siguen desde diciembre pasado en condiciones de “apagados en frío”; y el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar señaló que de una muestra total de 14344 muestras de alimentos en diversos sitios de Japón sólo 76 tienen cantidades superiores a la norma con relación a Cesio 134, Cesio 137 y Yodo 131 y, también, que prohibió la distribución de los hongos tipo shiitake producidos en la prefectura de Tochigi. ¿Qué significa esta información en el contexto del desastre?
La Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas de México, presenta en su página web como último reporte sobre este accidente la “nota informativa semanal sobre los acontecimientos en la central nuclear de Fukushima Dai-ichi” publicada por la Agencia Internacional de Energía Atómica, del 5 de octubre del año pasado.
La Secretaría de Energía de México presentó el 29 de febrero pasado su Estrategia Nacional de Energía 2012 – 2026, donde plantea tres escenarios para cubrir las necesidades de electricidad a esa fecha con “energías limpias”: 0 construcción de nucleoeléctricas, la construcción de 2 o la construcción de 8. Establece que la nucleoelectricidad es muy barata y que en su operación no emite gases de efecto invernadero. Es sorprendente que no mencionen la falta de uranio enriquecido nacional, la total dependencia tecnológica en la materia y los problemas de seguridad.
John Matson, en un artículo publicado en la revista Scientific American, el 6 de marzo pasado, se pregunta si un accidente nuclear de la escala de Fukushima podría ocurrir en los Estados Unidos, un año después. La respuesta se la dio Edwin Lyman, de la Unión de Científicos Comprometidos: la complacencia prevalece aquí tanto como en Japón. Considera que una amenaza mayor a una central nuclear es la pérdida de electricidad por un periodo prolongado que haga no funcionen los sistemas de enfriamiento de los reactores. Lyman dice que dichas plantas en Estados Unidos no están bien preparadas contra desastres naturales de gran envergadura, fallas simultáneas en varios sistemas y ataques terroristas. Es decir, son vulnerables a emergencias extremas porque el análisis de riesgo las cataloga como de muy baja probabilidad, lo que está equivocado.
Greenpeace Internacional publicó, en febrero de este año, un documento sobre las Lecciones Aprendidas en Fukushima. Establece que las causas claves de este accidente nuclear están basadas en las fallas institucionales de influencia política y la regulación dirigida por la industria nuclear. Fallaron las personas en instituciones claves para conocer el riesgo real de los reactores, fallaron el establecimiento y la aplicación apropiados de los estándares de seguridad nuclear y falló la protección de las personas y del ambiente. Las principales conclusiones de este reporte son que el accidente nuclear de Fukushima marca el fin del paradigma de la energía nuclear segura y que destapa la falla profunda y sistemática de las propias instituciones que se suponen deben controlar la generación de potencia nuclear y proteger a las personas de sus accidentes. La industria nuclear insistía que la probabilidad de un accidente grave ocurría una vez en cada 250 años; sin embargo, se observa que sucede una vez cada 10 años. La evaluación probabilística del riesgo usada en la industria nuclear falló y debe ser revisada, pero es la que siguen utilizando. Este reporte presenta y analiza las fallas sistémicas de la industria nuclear en tres temas: planeación de emergencias y evacuación; responsabilidades y compensaciones por los daños, y los reguladores nucleares.
Consideramos existen tecnologías que aprovechan las energías renovables, como las caídas de agua, el viento o el sol que ya son maduras y económicas, y pueden sostener el desarrollo energético de cualquier país. A nivel internacional, en los últimos cinco años, se han construido 22 veces más centrales eléctricas que operan con el viento y el sol que con energía nuclear (230,000 versus 10,600 MW). Las plantas eólicas y solares construidas durante el año 2011 son capaces de generar el equivalente a 16 grandes plantas nucleares.
En México, antes de emprender un programa nucleoeléctrico debemos considerar por lo menos los siguientes aspectos, acorde con el documento de Greenpeace: ¿Cómo sucedió el accidente nuclear de Fukushima en uno de los países industrializados más avanzados del mundo? ¿Por qué no funcionaron los planes de emergencia y evacuación para proteger de la exposición excesiva de radiación a la población? ¿Por qué las 90,000 personas que sufrieron más el impacto del accidente todavía no reciben el adecuado apoyo social y financiero? Si sólo el 3 por ciento de nuestra electricidad es generada con energía nuclear y tenemos más del 30 por ciento de capacidad de generación en exceso, como lo mencioné en esta columna el 28 de marzo del año pasado, insisto en que debemos cerrar temporalmente la central nucleoeléctrica de Laguna Verde para garantizar el bienestar de la población, nuestra seguridad energética y la soberanía nacional.

5 mar 2012

Energías Renovables en China

publicado en La Jornada Morelos el 5 de marzo de 2012

La capacidad nacional instalada para generación de electricidad a diciembre de 2009 incluyendo exportación se ubicó en 60,440 MW (millones de watts), registrando un incremento de 1.7 por ciento respecto al año anterior, de acuerdo con la Prospectiva del Sector Eléctrico 2010-2025, publicada por la Secretaría de Energía. De esta capacidad, el servicio público (incluyendo producción independiente) concentró 85.5 por ciento, mientras que el restante 14.5 por ciento está distribuido entre las diferentes modalidades para generación de electricidad vigentes, como el autoabastecimiento. Al cierre de 2009 la capacidad instalada del servicio público ascendió a 51,686 MW, un incremento neto de 581 MW. En 2009 el consumo nacional de energía eléctrica disminuyó 0.8 por ciento respecto al año anterior, con una tasa de crecimiento anual de 2.8 por ciento durante el periodo de 1999 a 2009. Según el Balance Nacional de Energía 2010, también publicado por la Secretaría de Energía, en 2009, la capacidad instalada de sistemas fotovoltaicos fue de 5.7 MW, alcanzándose un acumulado de 25.1 MW; mientras que se instalaron 500 MW de sistemas eólicos, con un acumulado de 502.6 MW. La falta de crecimiento económico en el país se refleja en la baja demanda adicional de electricidad. También, se observa que hubo un esfuerzo importante en instalar sistemas que aprovechan la energía del viento, aunque el esfuerzo global es mínimo, como veremos a continuación.
            Kat Cheung escribió un documento de trabajo titulado “Integración de Renovables: situación y retos en China”, publicado por la Agencia Internacional de Energía en 2011. El documento describe el esfuerzo realizado por China para incorporar cantidades cada vez más importantes de electricidad generada por fuentes renovables de energía en sus redes eléctricas de transmisión y distribución. Está enfocado principalmente a la energía eólica, ya que su capacidad instalada ha aumentado y tienen proyectado incrementarla de manera muy importante. En particular, se centra en cuatro aspectos: transmisión regional de electricidad, generación flexible, gestión de la demanda y almacenamiento, y políticas y estándares.
            La seguridad en el abasto de electricidad es de enorme prioridad en China, como en todos los países, describe el documento. En enero de 2008, se registró un record de apagones en 17 provincias al este del país, debido a un clima invernal extremo. Las líneas de transmisión se dañaron y mucha nieve bloqueó el transporte de carbón por ferrocarril. En años recientes, sequías prolongadas han afectado a las presas del sur del país, dejando a millones de personas sin agua potable y reduciendo drásticamente la energía generada por hidroeléctricas.
            La economía China, señala el documento, ha crecido mucho más rápido que la de cualquier otro país. En la última década, el incremento anual de su Producto Interno Bruto fue mayor al 10 por ciento, por lo que el consumo total de energía primaria aumentó al 8 por ciento (que es 3 veces mayor al crecimiento mexicano) y el consumo de electricidad creció por un factor de 3.4 veces del 2000 al 2009. La Agencia Internacional de Energía ha estimado que la demanda de electricidad en China se triplicará al año 2035, a una tasa anual mayor de 5 por ciento.
            En 2009, la capacidad total instalada en China para generar electricidad era de 874 GW (que es catorce veces mayor a la mexicana y con una población casi 11 veces más grande) y el carbón es la fuente dominante, representa el 80 por ciento de la oferta y más del 70 por ciento de la capacidad instalada, indica el documento. Sin embargo, China tiene planes ambiciosos para incrementar la generación de electricidad con fuentes renovables de energía. Sus metas al 2020 son tener una capacidad instalada de 150 GW  de generadores eólicos, 20 GW de solares y 380 GW de hidroelectricidad. Estas cifras indican que en promedio anual los sistemas eólicos incrementarán su capacidad en 12.5 GW y los solares en 2 GW. La capacidad instalada de estos dos sistemas se duplica anualmente desde el 2005. Recordemos que la capacidad que se instaló en México, en ese mismo año, de sistemas solares era de 5.7 MW y de eólicas era de 500 MW;  las diferencias en capacidades de instalación anual son del orden de 350 veces en solar y de 25 veces en eólica.
            Un ejemplo, presentado en el documento, es una “granja eólica” de 3.8 GW construida en la provincia de Gansu en 2010. Ésta es la primera fase de un proyecto que instalará 7 “granjas eólicas” de 10 GW cada una. En 2010, China superó a Estados Unidos y es el país con mayor capacidad instalada de sistemas eólicos. Existe un programa de concesiones para terrenos con vientos importantes y constantes que ha permitido ya reducir la inversión en aerogeneradores eólicos de 1.5 MW de capacidad instalada a 600 dólares por kW, competitivo con carbón.
            El gobierno Chino ha establecido políticas y leyes que han impulsado este enorme crecimiento de las fuentes renovables de energía, establece el documento. En particular, un elemento clave para este crecimiento es la aprobación de la Ley de Energías Renovables en 2005, que ha dado certeza  de largo plazo a los inversionistas, ya que los operadores de la red eléctrica deben “comprar toda la electricidad producida con energías renovables que esté conectada a dicha red en el área cubierta por sus redes y debe proveer servicios de conexión a sus redes para cualquier sistema de potencia que aproveche energías renovables”. Sin embargo, la falta de interconexión entre las redes regionales de China, la enorme cantidad de sistemas pequeños integrados y el bajo costo de la electricidad generada con carboeléctricas ha causado saturación de dichas redes y el gobierno revisó dicha Ley en abril del 2010. La nueva Ley “obliga” a las compañías que operan las redes eléctricas a garantizar que comprarán un mínimo de electricidad generada con energías renovables; los detalles de esta “obligación” todavía no han sido determinados.
            En Morelos, por la alta y continua radiación solar, la vocación turística, el compromiso con la conservación del ambiente y las instituciones líderes en investigación y desarrollo tecnológico, es imprescindible llevar a cabo una transición de las energías fósiles a la energía solar. Debemos invertir en sistemas fotovoltaicos integrados a la red de potencia para generar toda la electricidad que requerimos, con el costo de la electricidad convencional desplazada pagaríamos dicha inversión en siete años y después tendríamos otros trece años de operación gratis. Olvidémonos ya de instalar centrales contaminantes en nuestro estado para abastecer de energía a otros.